Un día te presentan a un chaval, muy mono, pero bastante garrulo (un tio que no sabe construir oraciones compuestas, tiene más faltas de ortografía que pelos en la cabeza y además su única meta es ir a la KKO). De vez en cuando intercambias un sms, un e-mail...
Cierto día recibes una llamada y te invita al cine, pero resulta que no vais al cine y esa noche no duermes en tu casa. A las cinco de la mañana un ruido te despierta y te encuentras con un maromo de 1´80 colgado a ti. Y empiezas a pensar que la teoría del Tamagotchi se cumple y que además el aparatito puede tener forma de koala. Pero también piensas que ese tio no es para ti (aspiras a algo más que hablar de tuning y perros peligrosos), y entonces lo apartas con cuidado para no despertarlo, te vistes y sales corriendo.
A las seis y media de la mañana, seguramente cuando le ha sonado el despertador para ir al almacen a cargar cajas de frutas, recibes un sms que dice: "Donde estas? me e puesto triste."
Y piensas: "si es que en el fondo soy una zorra".
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